Acerca de lo leve y lo líquido
(Fragmento del prólogo)
Lo que induce a tantos teóricos a hablar del “fin de la historia”, de posmodernidad, de “segunda modernidad” y “sobremodernidad”, o articular la intuición de un cambio radical en la cohabitación humana y en las condiciones sociales que restringen actualmente a las políticas de vida, es el hecho de que el largo esfuerzo por acelerar la velocidad del movimiento ha llegado ya a su “límite natural”. El poder puede moverse con la velocidad de la señal electrónica; así, el tiempo requerido para el movimiento de sus ingredientes esenciales se ha reducido a la instantaneidad. En la práctica, el poder se ha vuelto verdaderamente extraterritorial, y ya no está atado, ni siquiera detenido, por la resistencia del espacio (el advenimiento de los teléfonos celulares puede funcionar como el definitivo “golpe fatal” a la dependencia del espacio: ni siquiera es necesario acceder a una boca telefónica para poder dar una orden y controlar sus efectos. Ya no importa dónde pueda estar el que emite la orden –la distinción entre “cerca” y “lejos”, o entre lo civilizado y lo salvaje, ha sido prácticamente cancelada). Este hecho confiere a los poseedores de poder una oportunidad sin precedentes: la de prescindir de los aspectos más irritantes de la técnica panóptica del poder. La etapa actual de la historia de la modernidad –sea lo que fuere por añadidura– es, sobre todo, pospanóptica. En el panóptico lo que importaba era que supuestamente las personas a cargo estaban siempre “allí”, cerca, en la torre de control. En las relaciones de poder pospanópticas, lo que importa es que la gente que maneja el poder del que depende el destino de los socios menos volátiles de la relación puede ponerse en cualquier momento fuera de alcance… y volverse absolutamente inaccesible.
El fin del panóptico augura el fin de la era del compromiso mutuo: entre supervisores y supervisados, trabajo y capital, líderes y seguidores, ejércitos en guerra. La principal técnica de poder es ahora la huida, el escurrimiento, la elisión, la capacidad de evitar, el rechazo concreto de cualquier confinamiento territorial y de sus engorrosos corolarios de construcción y mantenimiento de un orden, de la responsabilidad por sus consecuencias y de la necesidad de afrontar sus costos.
Zygmunt Bauman (Poznań, Polonia, 1925) es un sociólogo polaco. Enseñó filosofía y sociología en la Universidad de Varsovia antes de verse obligado a irse de Polonia en 1968. Posteriormente ha enseñado sociología en Israel, Estados Unidos y Canadá. Desde 1971 reside en Inglaterra, donde es profesor emérito en la Universidad de Leeds. Desde los años 50 su obra analiza, entre otros temas, las clases sociales, el socialismo, el holocausto, la hermenéutica, la modernidad y posmodernidad, el consumismo, la globalización y la nueva pobreza.
11 comentarios:
Excelente libro. Tuve oportunidad de leerlo, recientemente.
Muy bueno que lo anuncies aquí.
Saludos.
Así es JAAD, un libro fundamental.
Gracias por pasar.
Saludos.
Preocupante Rafa. Me deja un poco paranoica porque es cierto...mi casa esta en fotografia satelite en la internet.
Pero eso se cura con un dia en la playa. Carinyos pa'ustedes. RI
Eso RosIn, playita pa refrescar las neuronas! Además, Bauman enfoca ese control desde el punto de vista del poder, pero en las sociedades donde màs sectores de la población tienen acceso a esas capacidades informáticas, el poder se disemina hasta cierto punto.
Gracias por la modernísima liquidez del agüita fría.
Es buen texto, lo acabo de leer,es increible que esos palnteamientos fueran hechos hace 30 anos.
ER, creo que el libro tuvo su primera edición en inglés en el 2000. Qué quieres decir con eso de hace 30 años?
Increiblemente actual!
Me referia a la Sociedad del espectaculo, comentario en post errado
Laberintos, gracias por pasar.
ER, eso lo explica todo.
La carita de este viejo loca me recuerda la de mi padre...
Oye que tú no respetas a nadie, ni a tu puro ni a Leandro... vaya lo tuyo es mucho con demasiado!
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