viernes, 9 de enero de 2009

Gory, mención obligatoria

por Jesús Rosado

"...Gory, mención obligatoria, ópera prima del realizador Jorge Moya (1956), bayamés radicado en Nueva York, un singular caso de sensibilidad hacia el arte, quien aun desempeñándose con éxito como diseñador y empresario en el mundo de la publicidad, dedica sistemáticamente tiempo y esfuerzo a la promoción del talento cubano fuera del país. Se ha anotado logros como el proyecto Cuban Art in New York (CANY), que lo definió como uno de los más importantes animadores de la cultura cubana en la diáspora.

Gory, mención obligatoria resulta ser una pieza habilidosamente armada a partir de una modesta logística, pero con un impecable oficio que logra sortear las limitaciones de producción y fundamenta su eficacia en la conjugación de recursos elementales y el sentido estético. Su formato descansa en la propia narrativa de Gory, quien va condensando años de prolífera trayectoria vinculada a sucesos puntuales del acontecer sociocultural de aquella bohemia de finales de los setenta y transcurso de los ochenta que protagonizara la gran sacudida del canon artístico en la Isla.

El relato parsimonioso de Gory es ilustrado con abundante muestra gráfica de su cosecha en distintas etapas, acompañada de una cuidadosa banda sonora donde se mezclan inteligentemente el sonido ambiental, las pausas silenciosas y la voz del artista reseñando lo episódico; mientras se alterna con la inserción de la música preferida de Gory, o con la lectura de los poemas de Lucía Ballester, su entrañable compañera, y la catártica participación interpretativa de Adrián, el hijo músico. En cada secuencia, el performance auditivo es el que marca cadencia e intensidad, reforzando la carga emocional del discurso.

Lo más encomiable del documentalista —y lo que le consagra en este caso— radica en su capacidad de subordinar toda la dinámica creativa al temperamento biografiado, apropiándose incluso de la mística del extraordinario manipulador de imágenes para mimetizarla en cada fotograma. Colores, contrastes, encuadres, ángulos y edición son puestos en función de la casi simbiosis con el espíritu del artista, haciendo inevitable la empatía con la identidad cordial y vigorosa del Gory que se aprecia en pantalla."

Artículo completo en Encuentro en la red.

4 comentarios:

Alfredo Triff dijo...

Buena reseña. Ya ví el avance. Moya multifacético. Y buen socio.

Anónimo dijo...

Excellente documental, lo pude ver en su presentacion en Miami y esta a la altura de la obra de Gory.

Anónimo dijo...

gracias R. L. R. y A.T. viniendo de grandes socios los comentarios son aun mejores... un abrazo

Anónimo dijo...

Masa compacta de fotógrafo. Me debo el documental. Felicidades al documentalista y le propongo el rodaje de La omisión obligatoria, una historia sin sujeto, entrevistas con Anónimo y especulaciones sobre la posible apariencia de su obra desconocida; una historia rara, sólo por joder con las posteridades.
Un post mandatory.

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