Performance de participación colectiva, concebido por Tania Bruguera para la Bienal de La Habana. Más allá de los pesados iconos que le sirven de marco referencial -el podio, los micrófonos, el verde olivo, la blanca paloma en el hombro del orador- el verdadero protagonista aquí es el lenguage, el discurso, inusitadamente libertario.
¿Mera catarsis posfidelista o vuelta de tuerca del poder desenroscando la rosca, desrizando el rizo?
Vea el próximo capítulo de La Plástica Cubana del Siglo XXI, en Youtube, su canal compañero...
El joven filósofo Gerardo Muñoz en su blog Puente Ecfrático analiza en profundidad algunas aristas no tan visibles del evento.
El crítico y curador cubano Juan Antonio Molina afincado en México comparte una reflexión crítica en torno a la Bienal de La Habana a propósito de este performance.
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2 comentarios:
Es un cuero epocal esta presentación.
El video no le hace justicia al suceso visual. La declaración del carácter surrealista de La revolución más bien actúa como confirmación que como parodia. El guión (el ofrecimiento de turnos de podio al público por parte de la artista) no me pareció menos interesante por familiar, parece funcionar. Lo espectacular es que estas articulaciones del orden contestatario en Cuba siguen siendo efectivas en ese nivel inmediato del “campo artístico”como lo eran (ni más ni menos) hace veinte años: Los daños políticos al sistema están calculados por el sistema mismo contra los beneficios que se le aportan. La vieja válvula de escape con tema-potaje nuevo: El guiño al liderazgo en crisis, la fascinación por derrumbar el muro virtual...Sospecho que lo más radical queda todavía fuera de las cámaras y los invitados extranjeros, abriéndose paso en la telaraña de sus circunstancias. Igual se agradece que al pájaro le abran, al menos por un instante, la jaula dentro de la jaula.
Aprendi mucho
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