UN HOMBRE ES UNA ISLA
Discrepo de ustedes, John Donne y Ernest Hemingway.
El hombre inmigrante es una isla que lleva consigo a todos lados
Todas sus tradiciones , idiomas, enseñanzas, historias, comidas,
Olores, ideas, formas de pensar y de vestir.
Sí, un hombre es una isla, más cuando viene de una isla.
Un hombre es una isla, como lo fue José Martí en los Estados Unidos.
Como lo fueron Picasso, Lam, Chagall, Beckett… en París.
Duchamp en Nueva York.
Nabokov en Berlín.
Cabrera Infante en Londres…
Y así todos los que por algún motivo político, económico o familiar,
Han tenido que mudarse con su isla en peso a otro lugar.
Un hombre es una isla cuando sigue pensando como en su isla,
Cuando cocina y come los alimentos de su isla,
Sea esta isla real o mental.
Un continente es una isla, pero de mayor tamaño,
El mar nos rodea a todos.
Un hombre es una isla cuando rememora, cuando escucha música, lee libros,
Y tiene la nostalgia de las cosas que dejó.
Un hombre es una isla cuando escribe, pinta, compone o piensa en su lengua,
En un lugar otro, como si fuera su isla.
Por eso un hombre es una isla.
Siempre digo que mi isla soy yo, dondequiera que me detenga,
En el país que sea.
Los dos metros cuadrados donde estoy parado son mi isla, son mi yo y serán siempre Cuba.
Un hombre es una isla, aun cuando tienda puentes, líneas aéreas y wasaps, twiters o llamadas telefónicas, aun cuando esté con toda la humanidad y nos ayudemos unos a otros.
Un hombre es una isla.
En la Edad Media, los castigos más grandes que existían eran la pena de muerte…
O el destierro.
Un hombre fuera de su país, siempre, siempre, será una isla.
JOSE FRANCO 2014. texto para la muestra del mismo nombre.
Discrepo de ustedes, John Donne y Ernest Hemingway.
El hombre inmigrante es una isla que lleva consigo a todos lados
Todas sus tradiciones , idiomas, enseñanzas, historias, comidas,
Olores, ideas, formas de pensar y de vestir.
Sí, un hombre es una isla, más cuando viene de una isla.
Un hombre es una isla, como lo fue José Martí en los Estados Unidos.
Como lo fueron Picasso, Lam, Chagall, Beckett… en París.
Duchamp en Nueva York.
Nabokov en Berlín.
Cabrera Infante en Londres…
Y así todos los que por algún motivo político, económico o familiar,
Han tenido que mudarse con su isla en peso a otro lugar.
Un hombre es una isla cuando sigue pensando como en su isla,
Cuando cocina y come los alimentos de su isla,
Sea esta isla real o mental.
Un continente es una isla, pero de mayor tamaño,
El mar nos rodea a todos.
Un hombre es una isla cuando rememora, cuando escucha música, lee libros,
Y tiene la nostalgia de las cosas que dejó.
Un hombre es una isla cuando escribe, pinta, compone o piensa en su lengua,
En un lugar otro, como si fuera su isla.
Por eso un hombre es una isla.
Siempre digo que mi isla soy yo, dondequiera que me detenga,
En el país que sea.
Los dos metros cuadrados donde estoy parado son mi isla, son mi yo y serán siempre Cuba.
Un hombre es una isla, aun cuando tienda puentes, líneas aéreas y wasaps, twiters o llamadas telefónicas, aun cuando esté con toda la humanidad y nos ayudemos unos a otros.
Un hombre es una isla.
En la Edad Media, los castigos más grandes que existían eran la pena de muerte…
O el destierro.
Un hombre fuera de su país, siempre, siempre, será una isla.
JOSE FRANCO 2014. texto para la muestra del mismo nombre.
(info vía José Franco, en Facebook)
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