viernes, 15 de julio de 2011

¿PUEDEN UN PASADO TURBIO Y UN PRESENTE PERPETUO DAR A LUZ UN FUTURO MÁS BRILLANTE?

Hace varios días conversaba con una de las artistas que participaron en esta exposición el año pasado y decidí publicar este ensayo que había escrito entonces para el catálogo de la misma, que nunca salió. Confío en que este sea de interés al menos para los artistas participantes, su familia, amigos y coleccionistas. (English version follows)

El filósofo Giovanni Gentile nos trajo el concepto de totalitarismo durante el régimen fascista de Mussolini en Italia. Originalmente se refería a un estado total, inclusivo, que todo lo abarca, y fue una etiqueta aplicada a varios imperios y regímenes de derecha, hasta que en la Guerra Fría, los científicos políticos Carl Friedrich y Zbigniew Brzezinski, reinventaron el concepto como un paradigma para la Unión Soviética y el resto del bloque comunista. Los elementos definitorios del totalitarismo incluyen “una ideología elaborada, total, haciendo afirmaciones milenaristas, con la promesa de un futuro utópico, un partido de masas único, generalmente dirigido por una persona, un sistema de terror, físico o psíquico, el monopolio de los medios de comunicación, el monopolio de las armas;. y la dirección central y el control de la economía a través de la coordinación burocrática.” [i]

El fin de la guerra fría también puso fin a la bipolaridad establecida por las dos superpotencias mundiales, que dividió el mapamundi en zonas rojas y azules, como las recuerdo en los libros de Geografía Regional que recibimos en las escuelas secundarias de Cuba, en los años 70. Este nuevo escenario mundial trajo consigo unas relaciones internacionales, sociales y políticas más complejas (comúnmente definidas como multipolares, post-totalitarias y post-utópicas), en contraste con las antiguas construcciones ideológicas basadas en el estereotipo binario de “malos” y “buenos”, recurrido por la propaganda de cada lado para representar a sus enemigos y a sí mismos, respectivamente, comprendiendo lo “bueno” y lo “malo” como entidades separadas, puras, incontaminadas y absolutas.

La exposición Past is History, Future is Mystery asume una visión más integral y holística que se aproxima a lo “bueno” y lo “malo” como algo más mezclado y diseminado entre y dentro de todos los seres humanos, independientemente de nuestro credo ideológico o fe religiosa. Un estado de ánimo perfectamente encarnado por el símbolo de yin-yang, que muestra lado a lado las energías positivas y negativas, cada una conteniendo una porción de la otra.

En su crítica del Posmodernismo Frederic Jameson analiza una conciencia esquizofrénica que tiende a fundir el pasado y el futuro en un presente perpetuo, que pone en crisis la historicidad al reducir toda la experiencia humana anterior a vacías imágenes de nostalgia y regresiones de estilo. “La pérdida de la noción histórica, la manera en que la sociedad contemporánea ha comenzado a perder su capacidad de preservar su propio pasado, ha comenzado a vivir en un presente perpetuo y en un perpetuo cambio que arrasa el tipo de tradiciones que todas las formaciones sociales anteriores han tenido que preservar, de una u otra forma... La función informativa de los medios de comunicación por lo tanto sería ayudarnos a olvidar, servir como principales agentes y mecanismos de nuestra amnesia histórica.”
[ii]

Viviendo en un tiempo que parece ser posterior a todo y en especial a la declaración de la Historia como muerta o terminada –como un callejón sin salida- por parte de Francis Fukuyama, y ancladas para siempre en tan suculento presente, nuestras sociedades quedan frente a candentes preguntas, al tiempo que miran a los tiempos de la Guerra Fría con un toque de nostalgia. Después de todo, aquella era una época en que todo parecía ser más simple, teniendo un enemigo claramente identificado que amenazaba con un solo gran peligro termonuclear, que mantenía a las masas paralizadas de pánico y bastante ocupadas, ensayando cómo protegerse debajo de las mesas y en la construcción de refugios subterráneos anti-atómicos. En este interminable presente, nuestro superpoblado planeta es testigo del incremento de ubicuos terroristas, carteles de la droga que emulan el poder adquisitivo a algunos gobiernos nacionales, y políticos patrioteros intentando transformar subrepticiamente las democracias contemporáneas en algo más cercano a un estado policial, como única supuesta forma de protegernos de todo ello.

Pablo González-Trejo

La mayoría de las obras incluidas en esta exposición no analizan retrospectivamente lo que podríamos llamar "clásicos del totalitarismo del siglo pasado" (fascismo, comunismo), sino que centran su atención en signos actuales de su capacidad de penetración entre el espíritu humano, en el nuevo escenario global. Excepción sea hecha de estas cuatro obras: el retrato de Duvalier por Pablo González-Trejo, que es parte de su proyecto Defacing Art Project en el que dibuja a dictadores con carboncillo y grafito sobre lienzo. Sus imágenes están destinadas a ser alteradas o desfiguradas por el espectador en una acción que puede tener un gran valor catártico, tanto para el artista como el espectador, que se convierte en creador por medio de la destrucción/corrección de la imagen. La obra presentada en esta exposición ya había sido intervenida.

Eudaldo Crespo (Foto cortesía del artista)

También relacionado con el tema de la Guerra Fría es Viva Cuba Libre de Alejandro Mendoza y Llegó el circo a la casa del pintor, de Eudaldo Crespo; ambos lidiando con los anacrónicos vestigios del régimen cubano, que alguna vez fue jugador activo en ese espeluznante juego de poder. Mendoza lanza un sombrío comentario derivado de un lema tradicional cubano que surgió durante la guerra de independencia contra el colonialismo español. Este aun gravita en torno al alma cubana, convertido en una ilusión, tan tenue y luctuoso como la bandera en escala de grises que el mono sostiene, atada a una rama de árbol, en su mano, mientras que en la otra empuña un enigmático crucifijo. Crespo aborda el traumático tema en un espíritu más ligero, con un dibujo a tinta donde representa toda una galería de personajes carnavalescos entre los cuales Fidel Castro es sólo una marioneta controlada por una bailarina, reduciendo al dictador a una proyección de las peores fantasías políticas y rasgos psicológicos de la nación insular.

Mariano Costa Peuser (Foto cortesía del artista)

Mariano Costa Peuser, nació en Argentina, un país que durante décadas ha conocido el populista peronismo (de Juan Domingo Perón, un general y presidente que creó una tendencia ideológica específica, y aun viva en su versión contemporánea), pero también un régimen militar fascista en los años 70 . En su políptico de fotografía digital Las Masas, Costa Peuser se centra en esa materia prima necesaria para que el absolutismo y las tendencias dogmáticas se materialicen, poniendo así el énfasis no en el opresor, sino en los oprimidos, retratando al individuo como un muñeco de madera cuyos brazos y piernas pueden posicionarse como desee su manipulador. Sus cuatro paneles colocados en una composición centrípeta, sugieren la presencia de una fuerza opresiva (social, política).

Alejandro López (Fotos cortesía del artista)

La instalación de Alejandro López The Hero’s Thorny Path es parte de su serie Odd Rhetoric Ode y se basa en los códigos visuales del arte y la gráfica totalitarios. Un imaginario basado en el potencial de “la devoción a la marca” (como en cualquier campaña de identidad corporativa) a través del uso de una escala heroica, determinados tipos de letra y paleta de colores que engendró una especie de hiper-kitsch, que López está recreando desde finales de los 80 en Cuba, en una irónica narrativa que se burla de la auto-inflada imagen de los líderes y héroes totalitarios. Lo hizo a través del personaje inventado de Super A, una especie de visionario, parapsicólogo, medium espiritista, y súper héroe que encabeza la Brigada del intelecto, una organización utópica, igualmente ficticia.

Francis Acea y Alejandro Mendoza (Foto: Mariano Costa Peuser)

Las obras de Francis Acea y Serhat Tanyolaçar analizan el militarismo y la guerra desde dos perspectivas diferentes. Acea reinventa códigos gráficos y símbolos pintándolos ampliados a una escala gigantesca. De este modo, el arte y la ciencia de la señalización visual da lugar a una seria advertencia en forma de bomba polifémica que cae del cielo en paracaídas. En su instalación Conscious Objection el artista Turco Tanyolaçar se pronuncia en contra del servicio militar obligatorio, con dos muros cubiertos por una bandera turca y fragmentos de uniformes militares. En el frente de estos, una figura marcial (uniformes vacíos, casco y botas), parada como un espantapájaros hueco sobre el cual se proyecta un vídeo con imágenes del fundador de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk, y otros líderes turcos, incluidos los militaristas y los fundamentalistas. La banda sonora mezcla un llamado a la oración para los musulmanes y el sonido explosivo de militares marchando, como para poner de relieve las fuerzas combinadas del ejército y la religión que ha controlado y corrompido Turquía desde hace décadas.

Serhat Tanyolaçar (Foto: Mariano Costa Peuser)

La obra de Pip Brant Abu Ghraib pertenece a su serie Tabled Reports (2003 - 2004) realizada en viejos manteles reciclados que automáticamente apuntan a una era en que el sueño americano giraba en torno al núcleo familiar sentado alrededor de una mesa. Esta pieza refiere a la prisión iraquí utilizada por las fuerzas estadounidenses como centro de detención y las infames fotos dadas a conocer en abril de 2004 que revelan maltratos a prisioneros que califican como tortura en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El pintor colombiano Fernando Botero y el artista sudafricano Clinton Fein también han abordado artísticamente el problemático asunto, de una manera bastante directa. El enfoque de Brant es más sutil, al recurrir a una de las escandalosas imágenes (el prisionero encapuchado, con los brazos abiertos) impresa en la tela, junto a la iconografía comercial típica de los años 50 de la que ella se apropia frecuentemente, en este caso una aceitera de viejo estilo que despide una gota con aspecto de sangre.

Pip Brant

La instalación multimedios de Juan-Sí González Mental Ground analiza el frenesí religioso y patriótico estadounidense posterior al 11 de septiembre, en que se combinaron la reacción lógica al peor ataque extranjero en territorio de los EE.UU. y los excesos en que pudieron incurrir mal intencionadas élites para inducir a las masas a la paranoia colectiva, en aras de un mayor control. Un ambiente tan chovinista logró atrapar a la gente media de tierra adentro en la intangible red de la hegemonía cultural, una trama sutil de textos e imágenes destinados a influir en el pensamiento y la conducta. Todo esto, impecablemente encarnados por dos fotos estilo valla de un campo de maíz nevado, orladas por pequeños cofres de lata llenos de ostias de comunión y flanqueado por un video de una transitada autopista donde se alza una enorme valla publicitaria en que se lee JESUS ​​ES REAL. Su banda sonora proyecta las voces de un hombre y una mujer enumerando, en Inglés y Español, todas las cosas buenas y malas que se pueden hacer en nombre de Dios.

Juan-Sí González (Foto: Elsa Roberto)

En Sons of the Revolution, de su serie Gold Coins, Evelyn Valdirio comparte una compleja metáfora sobre la naturaleza del poder político y su relación intrínseca con la riqueza económica. La forma circular, la pátina de oro y altamente simbólicos pentáculos contrapuntean imágenes aparentemente históricas de barcos de la época colonial y niños de clase humilde, en alusión ambigua y atemporal a todas las revoluciones de la historia y su saturnina tendencia a devorar a sus hijos.

Evelyn Valdirio

La instalación de Antuan Left or Right de alguna manera encarna la tesis curatorial de la exposición. Un cuadrilátero de sacos de boxeo rojos decorado con retratos monocromáticos de dictadores contemporáneos o gobernantes autoritarios de todo el mundo, junto a políticos estadounidenses de alto perfil y presidentes de ambos partidos. Su título es una sinécdoque de la rutina de golpes de izquierda y derecha en el entrenamiento de un boxeador, y de las dos alas políticas tradicionales desde la Revolución Francesa, lo cual implícitamente lanza una mirada escéptica sobre toda la clase política. Al espectador le es permitido participar golpeando el retrato fotográfico de, entre otros, Robert Mugabe de Zimbabwe, los presidentes americanos George W Bush y Barack Obama, el primer ministro de China Wen Jiabao, Fidel Castro dictador de Cuba por 47 años, o Hugo Chávez de Venezuela, en proceso de entrenamiento.

Antuan (Foto: Mariano Costa Peuser)

Una operación que parece algo a medio camino entre la magia homeopática y un referéndum simbólico, según la diversa colección de imágenes de políticos (y sabemos que para ellos la imagen es de suma importancia) va oscilando, saltando y golpeando unos a otros como en un baile country de una antigua taberna del salvaje Oeste, súbitamente convertido en pelea a puñetazos. Aquí la certeza de los valores absolutos y territorios claramente definidos del “bien” y el “mal” entran ahora en una zona de duda y sospecha. Mientras envejece, la especie humana quizás ha comenzado a aprender por experiencia, que “no hay cielo sin infierno” y “se necesitan dos para bailar el tango”, que en nuestro mundo global e interdependiente podría ser actualizado como se necesita un montón para bailar Contradanza, Mazurka, Cumbia, Galop, Paso Doble, Polka, Samba, Square dance, Merengue, Foxtrot, Rueda de Casino, Vals, Chotis, y Texas two-step.


[i] GORDON MARSHALL. “totalitarian. A Dictionary of Sociology. 1998. Encyclopedia.com. 14 May. 2009 <http://www.encyclopedia.com>

[ii] FREDERIC JAMESON. Postmodernisn and Consumer Society; 1984. In Postmodern Culture, Hal Foster (ed.); London, Pluto Press 1985. p125

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Several days ago I was talking with one of the artists who participated in this exhibition last year and decided to publish this essay I had written then for its catalog, which was never produced. I hope this will be of interest at least for the participating artists, their family, friends and collectors.

Can a Murky Past and a Perpetual Present Give Birth to a Brighter Future?

Rafael López-Ramos

The philosopher Giovanni Gentile brought about the concept of totalitarianism during Mussolini’s fascist rule of Italy. Originally meaning a comprehensive, all-embracing, total state, it was a label applied to various empires and right wing regimes, until the Cold War, when political scientists Carl Friedrich and Zbigniew Brzezinski reinvented the concept as a paradigm for the Soviet Union and the rest of the Communist block. Totalitarianism defining elements comprise “an elaborate, total ideology, making chiliastic claims, with a promise of a utopian future; a single mass party, typically led by one person; a system of terror, physical or psychic; a monopoly of the means of communication; a monopoly on arms; and central direction and control of the economy through bureaucratic co-ordination.”[i]

The end of the cold war also ended the bipolarity established by the two world superpowers who divided the Mappa mundi into red and blue zones, as I recall them in the Regional Geography workbooks we received in Cuban secondary schools back in the 1970s. This new global scenario led to a more complex social and political international relations (commonly defined as multipolar, post-totalitarian and post-utopian) which contrasted the old ideological constructions based on the binary stereotype of “good” and “evil” that each side's propaganda chose to portray themselves and their enemies, respectively, understanding “good” and “evil” as separate, pure, uncontaminated and absolute entities.

The exhibition Past is History, Future is Mystery embraces a more comprehensive and holistic vision that approaches the “good” and the “evil” as something more disseminated and mingled among and within all humans, regardless of our ideological credo or religious faith. A state of mind perfectly embodied by the yin-yang symbol, which displays positive and negative energies side by side, each one containing a portion of the other.

In his critique of Postmodernism Frederic Jameson analyzes a schizophrenic consciousness that tend to fuse past and future into a perpetual present, and put historicity in crisis when reducing the whole previous human experience to empty images of nostalgia and stylistic regressions. “The loss of a sense of history, the way contemporary society has started loosing its capacity to retain its own past, has begun to live in a perpetual present and in a perpetual change that obliterates traditions of the kind which all earlier social formations have had in one way or another to preserve... The information function of the media would thus be to help us to forget, to serve as the very agents and mechanisms of our historical amnesia”.[ii]

Living in a time that seems to be posterior to everything and especially to Francis Fukuyama pronunciation of History as ended -or dead, or dead ended- and anchored forever on such a luscious present, our societies are left on front of scorching questions, while glancing back to the Cold War times with a hint of nostalgia. After all, that was an age where everything seemed to be simpler, having a clearly identified enemy who thread with only one big thermonuclear danger, which kept the masses frozen in panic and fairly busy, rehearsing how to hide under the tables and building underground anti-atomic refuges. In this never-ending present, our overpopulated planet witnesses de rise of ubiquitous terrorists, drug cartels emulating the paying power of some national governments, and jingoistic politicians surreptitiously attempting to transform contemporary democracies into something closer to a police state, as their only supposed way to protect us from it all.

Most of the artworks included in this exhibition does not look back to what could be called the “classics of last century Totalitarianism” (Fascism, Communism), but rather focus their attention on current signs of its pervasiveness among the human spirit on the new global scenario. Exception should be made of these four works: Pablo González-Trejo's portrait of Duvalier, part of his Defacing Art Project in which he depicts dictators with charcoal and graphite on canvas. Their images are intended to be altered or defaced by the viewer in an action that may have a lot of cathartic value for both the artist and the viewer, who is turned into creator by means of destroying/correcting the image. The piece displayed in this exhibition was already intervened.

Also connected to the theme of Cold War are Alejandro Mendoza's Viva Cuba Libre (Long Life a Free Cuba) and Eudaldo Crespo's Llegó el circo a la casa del pintor, (The Circus Came to the Artist's Home) both dealing with the anachronistic vestiges of the Cuban regime -once an active player on that creepy power game. Mendoza throws a dark comment stemming from a traditional Cuban motto originated during the independence war against Spain's colonial rule. One that still gravitates around the Cuban soul, turned into “wishful thinking”, as dim and grievingly as the grey scaled flag the monkey holds in his hand, tied up to a tree branch, while on the other holds an enigmatic crucifix. Crespo approaches the traumatic issue in a lighter spirit, through an ink drawing rendering a whole gallery of carnavalesque characters among which Fidel Castro is just a marionette being controlled by a ballerina, thus reducing the dictator to a projection of the island-nation's worst political fantasies and psychological features.

Mariano Costa Peuser was born in Argentina, a country that for decades has known populist Peronismo (from Juan Domingo Perón, a general and president who produced a specific ideological tendency still around in its contemporary version), but also a military fascist rule in the 70s. Costa Peuser's poliptic digital photo Las Masas (The masses) focuses on that necessary row material for the absolutist and dogmatic trends to materialize, putting an emphasis not in the oppressor but in the oppressed, portraying the individual as a wooden dummy whose arms and legs can be positioned as his manipulator wishes. All of its four panels set in a centripetal composition, suggest the presence of an oppressive (social, political) force.

Alejandro Lopez installation The Hero’s Thorny Path is part of his Odd Rhetoric Ode Series and draws on the visual codes of traditional totalitarian art and graphics. An imagery based on the potential of “brand devotion” (as in any corporate identity campaign) through the use of a heroic scale, certain typefaces and color palettes that engendered a sort of hyper-kitsch, which Lopez is addressing since the late 80s in Cuba, in a very ironic narrative aiming to roast the self inflated image of totalitarian leaders and heroes. He did so through the invented character of Super A, a sort of visionary, parapsychologist, spiritist medium, and super hero leading The Intellect Brigade an utopist organization, fictitious as well.

The works of Francis Acea and Serhat Tanyolaçar address militarism and warfare from two different perspectives. Acea reinvents graphic codes and symbols by painting them blown up to a gigantic scale. Thus, the art and science of visual signaling becomes a serious warning in form of a gargantuan bomb falling from the sky in a parachute. On his installation Conscious Objection Turkish artist Tanyolaçar pronounces against mandatory military service, with two walls covered by a Turkish flag and pieces of military uniforms. On front of these, a prop martial figure (empty uniform, helmet and boots) stands like a hollow scarecrow on whom a video projection displays the images of Turkey’s founder Mustafa Kemal Atatürk and other Turkish leaders; including the militarists and fundamentalists ones. The soundtrack mixes a prayer call for Muslim people and the blasting sound of marching military, as to highlight the combined forces of military and religion that has controlled and corrupted Turkey for decades.

Pip Brant's artwork Abu Ghraib belongs to her Tabled Reports (2003 - 2004) a series done on old recycled tablecloth that automatically points out to an age when the American Dream swirls around the nuclear family sitting around a dinner table. This piece deals with the Iraqi prison used by American forces as a holding and detention facility and the infamous photos released on April 2004 revealing mistreatments of prisoners that qualify as torture under the UN Universal Declaration of Human Rights. Colombian painter Fernando Botero and South African artist Clinton Fein have also artistically addressed the problematic issue in a fairly direct way. Brant’s approach is subtler as she set one of the scandalous images (the hooded, arms opened prisoner) dyed on the cloth besides the typical 50s commercial iconography she usually appropriates, in this case an old style oiler ejecting a blood looking drop.

Juan-Sí González multimedia installation Mental Ground analyzes the post September 11 American religious and patriotic frenzy, matching the logic reaction to the worst foreign attack in US territory with the excesses that ill-intended élites may recur to induce the masses into collective paranoia for a better control. Such a chauvinistic atmosphere got the heartland average people caught in the intangible net of cultural hegemony, a subtle thread of language and images aimed at influencing thought and behavior. All of this, flawlessly embodied by two billboard style photos of a snowed cornfield, bounded by small tin chests full of communion bread and sided by a video of a busy highway towered by a huge billboard reading JESUS IS REAL. Its soundtrack projects a male and a female voices sorting, in English and Spanish, all the good and bad things that can be made in the name of God.

In Sons of the Revolution, from her Gold Coins series, Evelyn Valdirio shares a complex metaphor on the nature of political power and its intrinsic connection with economic wealth. The circular shape, gold leaf patina and highly symbolic pentacles counterpoint seemingly historical images of colonial time vessels and working class boys, in ambiguous extemporal allusion to all revolutions throughout history and their saturnine children-devouring tendency.

Antuan's installation Left or Right somehow embodies the exhibition curatorial thesis. A ring of red punching bags decorated with monochrome portraits of worldwide contemporary dictators or authoritarian rulers, and American high profile politicians and presidents from both parties. Its title is a synecdoche of the left-right punching routine of a boxer's training, and of both traditional wings in politics since the French Revolution, which implicitly casts a skeptic glance to the entire political class. The spectator are enabled to participate by punching the photographic portrait of, among other, Zimbabwe's Robert Mugabe, American Presidents George W Bush and Barack Obama, China's Premier Wen Jiabao, Cuba's 47-year dictator Fidel Castro, or Venezuelan in-training Hugo Chavez. An operation that seems to be something in between homeopathic magic and a symbolic referendum, as the assorted collection of politician's images (and we know for them the image is a mayor asset) goes swinging, bouncing and knocking each other like in an old wild West saloon country dance, suddenly turned into a fist fight. Here the certainty of absolute values and clearly defined territories of the “good” and the “evil” now enter a zone of doubt and suspicion. While growing old perhaps the human specie have started learning from experience that “there is no heaven without hell” and “it takes two to Tango”, which in our global interdependent world could be updated as it takes a bunch to Contradance, Mazurka, Cumbia, Galop, Paso Doble, Polka, Samba, Square dance, Merengue, Foxtrot, Rueda de Casino, Waltz, Schottische, and Texas two-step.

Rafael López-Ramos is a Miami based artist, critic and curator.


[i] GORDON MARSHALL. “totalitarian. A Dictionary of Sociology. 1998. Encyclopedia.com. 14 May. 2009 <http://www.encyclopedia.com>

[ii] FREDERIC JAMESON. Postmodernisn and Consumer Society; 1984. In Postmodern Culture, Hal Foster (ed.); London, Pluto Press 1985. p125

7 comentarios:

Vicky Romay dijo...

Rafa:

Me gusto mucho el ensayo, que pena que no se publico el catalogo.
Un abrazo

Vicky Romay

LopezRamos dijo...

Gracias Vicky, que bien que te gustó. Bueno, la suerte es que tenemos siempre el espacio digital...
Un abrazo.

Alfredo Triff dijo...

Muy bueno, RLR, creo que Lirios puede comenzar este tipo de blogoensayos, aunque sean esporádicos.

Gerardo Muñoz dijo...

Rafa, muy bien, recuerdo que me perdi esta expo, y tu ensayo da un mapa bastante integro de los que la integraron. Gracias,un abrazo,

G

LopezRamos dijo...

Gracias Triffo, pudiera ensayar esa opción, aunque lo he hecho ahora por necesidad y compromiso con los artistas que merecían tener su texto aunque fuese en hipertexto.

Gerry, recuerdo que querías venir y te complicaste pero de alguna manera estuviste presente. Pues sí, esa fue la cosa, mapear el territorio de las ideas y artistas que armaron la exposición. Gracias a tí. Otro abrazo.

Anónimo dijo...

Rafael: bueno, ya habia tenido la oportunidad de leer el texto cmo bien sabes. Es en verdad una lastima que una exhibicion la cual se caracteriza por un pesado contenido referencial no este acompanada de un catalogo con un texto como este para darle un contexto (algo que dicho en terminos de los Van Van seria: un Texto para tu Contexto). Yo se que te esforzastes por hacer que esto se hiciera realidad, pero obviamente vivimos en un lugar y un momento en el cual "Es Solo lo que Vez" es ley gravitacional. Gracias por compartir erstas palabras en el jardin. Y gracias, una vez mas, por haber puesto tanto empeno en esta exhibicion. Saludos. Alej. Lopez

LopezRamos dijo...

Alej, gracias por tu amable comentario. Ya se ha convertido en algo extraordinario recibir este tipo de notas de un artista con quien se ha trabajado o de cuya obra se ha escrito.
Para mí y el personal involucrados en el montaje de tu obra fue un verdadero placer interactuar contigo por tu profesionalismo y atención a los detalles. Tu pieza además fue un elemento esencial en la tesis curatorial del proyecto.
Saludos!

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